Existen muchas maneras de recorrer Lisboa y sus empinadas calles, admirar cada rincón y sentarse en algún mirador sin tiempos mientras se escuchan Fados. La melancolía de la ciudad embriaga.
Era el momento de subirnos a el tranvía de Lisboa, sus ruidos estridentes surcaban las calles, y la campanita que sonaba el chófer hizo que recorriéramos hacia la línea 28. Esa línea es parte de los símbolos de este lugar mágico.
Hay varias líneas de tranvía y las paradas suelen estar en los barrios y lugares estratégicos de la ciudad. La 28 pasea por Martin Moniz y pasa Graca, Alfama, Baixa y Estela en el Barrio Alto. Se puede subir y bajar, o relajarse en el paseo durante los 40 minutos que tarda en hacer su itinerario.
Con las ventanas bajas, con sus bamboleos, con los gritos de su gente, con postales en la Catedral, con los versos de Pessoa en la mente “yo he visto todo lo que nunca había visto”.
Recorridos del tranvía de Lisboa
28E: de Martim Moniz al Cementerio de Prazeres
15E: de Figueira a Belém
25E: de Figueira al Cementerio de Prazeres
12E: línea circular por Alfama y la Baixa
24E: del Barrio Alto a la Avenida Conselheiro Fernando de Sousa
18E: del centro de Lisboa a Ajuda